jueves, 9 de septiembre de 2010

Bosque de Noruega


Según la mitología escandinava, el carro de la Diosa Freja estaba tirado por gatos de bosque, a los que en el siglo XIX se les conocía como gatos-duende. Pero no fue hasta 1976 el momento en el que se les reconoció como raza en la FIFe.

Son gatos extremadamente adaptables, ya que proceden de países con temperaturas algo extremas, inviernos gélidos y veranos que pueden llegar a ser muy calurosos. Gracias a la doble capa de pelo, a la grasa provista en la capa más externa y el pelo de orejas y patas, puede soportar muy bajas temperaturas y no importarle mojarse con la lluvia.

A estos felinos del norte, se les reconoce por sus pinceladas de lince en la punta de las orejas y su cola larga y de denso pelaje. No son tan grandes como el Maine Coon, pero también alcanzan una gran talla.
Es un gato muy sociable, al que no le gusta estar solo. Le encanta interactuar con las personas y convivir al menos con otro compañero de su raza.

Dentro de las razas de gatos, el bosque de noruega es mi predilección. Yo hace un tiempo me enamoré de uno color canela con ojos miel precioso que era un cielo y al que no pude traerme a casa. Si quieren animarse con un gato esta es una gran elección.

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